Los ingredientes principales de una ruta son: las personas con las que se interactua, los lugares que se visita, las comunicaciones que se entablan, las referencias que se utilizan, así como las ideas y conceptos que a diario se generan. Las posibilidades combinatorias de todos estos elementos hacen que todas las rutas sean diferentes, inclusive al ser generadas por la misma persona.
Las pequeñas narrativas se convierten en la parte más importante del proyecto, La cotidianidad rescatada del olvido, registrada en forma de rutas se convierte en una importantísima e invaluable fuente de información para la construcción de significados.
Como diría Ricardo parafraseando su proyecto Plant Robot, estos pedazos de información son el ADN del proyecto, la semilla que será utilizada para generar otros proyectos.
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